El New York Times lo ha elogiado como un “arpista brillante”, y es que el arpa ya no suena como antes cuando Remy van Kesteren (1989) la toca. Cuando tenía cinco años y quedó encantado con el sonido del instrumento en un jardín, supo de inmediato que eso era lo suyo.
Se convirtió en un arpista de renombre internacional, ganando numerosos premios y competiciones, incluida la competición internacional de arpa más importante del mundo celebrada en Estados Unidos el 2013. Ha actuado en salas de conciertos de todo el mundo. Pero cuando cumplió 25 años, se dio cuenta de algo: Esto no es todo. Ya no. No completamente.
Esta revelación lo llevó a crear Tomorrow Eyes en 2016, un álbum que cruza géneros e incluye varias composiciones propias, lanzado por Universal Music/Deutsche Grammophon, el mismo año en que ganó el Premio de Música de los Países Bajos. Pasó de tocar con orquestas de fama mundial a actuar en clubes y festivales de música pop—en solitario, con su banda y con su Analogue Robot Orchestra. Su objetivo era encontrar los límites de su instrumento e ir más allá.
Por esa razón, es la única persona en el mundo que posee un arpa de diseño personalizado y fabricación especial con 49 cuerdas, la Salvi Réus, co-diseñada por él y financiada por el Fondo Nacional de Instrumentos Musicales. También modificó otros aspectos técnicos del arpa de manera tan innovadora que el fabricante Salvi ha incorporado muchos de estos cambios en sus arpas de concierto.
Además, junto con el luthier Joris Beets, desarrolló un nuevo tipo de arpa más accesible: la Harp-E, diseñada especialmente para los niños del programa de educación musical Leerorkest. Ya se han financiado 300 de estas arpas a través de crowdfunding, pero el instrumento está disponible para cualquiera que busque una opción más asequible. Las personas pueden pedir un kit de autoensamblaje y construir esta “arpa IKEA” ellos mismos con solo una llave Allen.